6 de noviembre de 2015

Puta

Las personas siempre van a querer y/o van a esperar algo de ti, aunque no te lo digan. Si fueras de cierta forma, si no hicieras esto o si hicieras lo otro… Haz las cosas porque te gustan, porque quieres; asegúrate de no quedar con ningún arrepentimiento. No intentes cambiar quién eres ni cómo luces por nadie que no seas tú mismo (a). Aprender a quererte y aceptarte por cómo sos, aceptar al otro como es. Sin hipocresía. Todos esperamos que X persona sea de X forma y eventualmente exigimos eso que esperamos del otro. No importa qué tan alto o bajo veas a la otra persona, todos tenemos derecho a la perfección subjetiva y a la mediocridad. No se puede vivir intentando cambiar a los demás, algo fácil de decir pero, muy difícil de hacer. Analizando qué tanto acepto de esas personas que me rodean y las que no, descubrí mi intolerancia y poca aceptación con el otro, algo que he estado trabajando desde hace un tiempo. 

Nadie tiene la santidad suficiente para decirte lo que está del todo bien y lo que está mal. Tomando en cuenta que estamos lidiando con seres humanos, toma un tiempo para analizar las cosas que te dicen, te critican y/o te juzgan. Mírate al espejo y pregúntate a ti mismo qué tanto te afecta. Si es lo suficiente como para querer cambiar algo, pregúntate siempre cuáles son tus motivos para hacer un cambio. Pueden haber muchas razones que hayan llevado a X o Y persona a juzgarte de alguna forma, criticar y/o rechazar algún aspecto de tu vida que les parezca desagradable o desconcertante. Depende de ti qué tanto puede influir dentro todo lo que venga de fuera.

Me gusta esta imagen, ‘haz lo que quieras’, así de simple. O bueno, literalmente: “SÉ UNA PUTA, HAZ LO QUE QUIERAS”. La frase muere ahí pero, me puso a pensar. ¿Quién no es una puta? ¿Mi mamá, mi hermana, mi amiga, yo? ¿Alguien que no muestra interés por el sexo y/o que no tiene sexo? ¿Una persona que va regularmente a misa, que no sale de su casa, que no tiene muchas amistades masculinas? O bueno, la pregunta sería, ¿qué es ser una puta hoy en día? ¿Robarle la pareja a tu amiga, a tu hermana, a tu prima, a una desconocida, a otra mujer…? ¿Ser promiscua y/o provocadora? ¿Tener sexo? ¿Tener mucho sexo? ¿Pedir que te paguen por sexo? Bueno sí, un intercambio de sexo por dinero sería la mejor definición, ciertamente eso es ser una puta. Ahora, ¿y qué si la tipa parece puta? ¿Quiénes somos nosotros para juzgar su comportamiento, lo que haga o deje de hacer? ¿Qué derecho  se nos ha dado para bombardear a esa chica con mensajes negativos sobre lo que yo considero que ella es? ¿Quién soy yo para juzgar a alguien de que parece puta? ¿Qué somos nosotros para encasillarla con una etiqueta? Y más importante aún, ¿QUÉ IMPORTA SI LA TIPA ES UNA PUTA? Viva y deje vivir.

Trabajar en la aceptación y la diversidad cultural ha sido uno de mis mayores retos. Pensaba que no tenía banderas con nadie sin embargo, me encontré distante de todo aquello que tenía etiqueta. Fue primordial conocerme primero para estos tipos de ejercicios, aún me encuentro batallando con quién soy para ser un poco más como la persona que quiero ser. Tener bien claro qué me gusta, qué no me gusta, por qué, cuándo, cómo, cuál es el sentido, motivaciones, mis intensiones... Todo aquello que constituye la base de quién soy y por qué soy como soy. Si no tenemos identidad, nunca podremos trabajar en nuestras virtudes ni en nuestros defectos de manera que podamos crecer hasta llegar a ser esa persona que queremos ser o que, en algunos casos, creemos que somos. Cambio y fuera, 

14 de septiembre de 2015

Mi historia

Me siento relativamente nueva, como si nací ayer. A veces me vienen  recuerdos de mis acciones pasadas y me atormentan, quisiera haber cambiado antes o haberme lastimado menos pero, es un pensamiento que busco dejar atrás. Recientemente una celebridad decidió vivir su vida de forma honesta y ser quien siempre sintió que era al exponerse al mundo como se sentía por dentro. Caitlyn Jenner ha servido de inspiración para muchos y admiro que haya decidido amarse y expresarse como ella es a pesar de vivir una vida tan pública. Yo por otro lado, no he sido sincera ni he tenido la valentía de ser quién en verdad soy hasta el punto de presentarme como una persona simple, tímida y retraída.

Toda mi vida me he sentido linda, me gusta bailar, cantar, la Actuación, la Comunicación, la fotografía, los paisajes, los colores y todo lo relacionado al mundo del arte. Siempre me he sentido como una gran estrella. Fue un golpe muy duro para mí entender que la sociedad rechazaba personas de mi color y se burlaban de las mujeres con mi peso. Todo lo que era como persona fue una burla para quienes estaban supuestos a conocerme y aceptarme. Me deprimí, me rechacé, me llené de asco por quién era y me encerré. Olvidé quién era si es que alguna vez fui y no perseguí las cosas que me habían apasionado toda mi vida.

Intenté vivir la vida por lo que me ofrecía al momento considerando que era un ser indeseable ante cualquier hombre y disminuido ante cualquier mujer, entendí que debía estudiar para trabajar por el simple hecho de ganar dinero. Decidí una carrera donde las personas eran supuestamente exitosas de forma económica y un sitio donde el tiempo pasaba rápido, mi mundo se volvió pequeño y mi corazón muy sensible.
A pesar de aislarme de lo que quería en la vida, intenté mantener vivo mi sueño con clases de Teatro donde inclusive llegué a formar parte de una de las presentaciones y actuar delante de un público. Desee que con el pasar de los años disminuyera mi pasión pero nunca pude entumecer mi corazón. No tenía identidad y todo se desmoronaba con el pasar de los años. De pronto el plan A no parecía tan buena idea y seguir mis sueños, el cual era el  plan Z, no se veía tan mal después de todo. Sé que no soy un completo fenómeno y que todos tenemos nuestras virtudes y defectos pero, no podía evitar sentir vergüenza por casi todo lo que era. Tenía mucho miedo, sentía que era mi propia piedra de tropiezo. Como si nada de lo que hacía bastara para perdonarme y amarme lo suficiente como para no juzgarme todo el día. Me sentía agotada de mí e injusta, luchaba conmigo misma en todos los sentidos.

Al mirar atrás, hace casi 10 años, conocí el bullying en carne propia. Recuerdo sentirme herida, denigrada, avergonzada y muy triste e inconforme con la vida por ser quién era en aquel entonces. Ese año fue el peor año de mi vida y las cosas que aprendí en ese período de tiempo aún tienen secuelas y consecuencias en el día de hoy. A veces me molesto conmigo misma por haber estado tan receptiva a toda esa crítica y esos ataques, mirarme al espejo y creerme cada uno de ellos como si fuera mi verdad absoluta. En aquel entonces se crearon demonios que aún me atacan hoy en día y he tenido que ser fuerte, muy fuerte para luchar y no dejarme vencer por completo. Dios llenó mi vida de luz y me bendijo con el amor más grande y puro que se pueda conocer, el amor de madre, y con la luz de quienes siempre me han apoyado y aún a través del tiempo permanecen a mi lado batallando muchas veces con más fuerzas que yo.

Decidí contar mi historia, siempre que hablo de esto siento que recibo sanación. El hecho de que muchos de aquellos que alguna vez me hicieron daño hoy día sean mis aliados, me da cierta validación de que no sólo yo aprendí que yo era más que todo eso que desgraciadamente absorbí como identidad sino también que me hace sentir gratitud y seguridad de que esta era una de las historias de vida que papá Dios tenía preparada para mí y que Él siempre, como nunca supe yo, supo que yo era más fuerte que las circunstancias y los momentos que viví en aquel entonces.

Me llena el corazón saber que cuento con el apoyo de mi familia y amigos en los proyectos personales que me he pautado. Saber que de verdad había un plan maestro muy por encima de mis decisiones en tiempos pasados, me encuentro a la espera del inicio de toda una nueva travesía en la meta de cumplir mis sueños. Aún sigo trabajando en amarme tal cual soy, sentirme a gusto con mi pasado y emocionada de mi futuro. Hoy día puedo decir que me siento feliz con mi presente y a gusto en mi piel. Busco mirarme al espejo y no ver a un caparazón de mujer sino una persona llena de defectos con el corazón en la mano aprendiendo día a  día a quererse y a aceptarse como es. Mi meta es llegar al punto donde me sienta tan cómoda conmigo misma que no necesite la aprobación silente de nadie para nada de lo que haga o deje de hacer y no verme afectada por la opinión de los demás sino más bien ser capaz de vivir bajo mis propios términos en cuanto a mi persona. Cuando ese día llegue entonces podré decir no sólo que soy feliz sino también que soy libre.

21 de julio de 2015

Dos en una

Nunca me atreví a soñarlo lo suficiente a pesar de que no me abstuve de pensar en eso, de respirarlo y consumirlo en mi diario vivir. Nunca me dejé dominar por mi pasión aún sabiendo que movía mis días, siempre supe que era lo que en verdad quería. Mantuve distancia lo más que pude, no quise tener mis sueños tan cerca, no así. Y duele, aún duele alejarme y sentirme tan pequeña, tan cerca y tan lejos de mis deseos, la realidad que no comparto de lo que entiendo quiero hacer en este mundo.

A pesar de los mil y un defectos que podrían encontrarme los cuales muy bien puedo enumerarlos y detallarlos, no ha cesado ese deseo constante, incesante, perturbante, penetrante e inquietante que a veces no me deja dormir en las noches porque la vida me está pasando y nada pasa. Todo aquello me ayuda a esconderme, alejarme, disminuirme y dirtorcioname.  Presa de mis aventuras, escondo mi vanidad, mi egocentrismo de enfocarme sólo en mí de las cámaras, la exposición, este corazón que late en un cuerpo podrido de existir, de no existir.

Confieso encuentro placer al expresar lo que siento, lo que pienso y exponerme. Temo que soñarlo en esta vida no será suficiente y tendré que abrir de nuevo todas y cada una de mis heridas en la búsqueda de la ansiada y tan famosa "Felicidad". Estoy cansada, muy cansada de luchar, de no luchar, de todo. Mi sueño sería mi graduación, mi realización como persona, como mujer, como víctima, como profesional; la culminación de mi historia de vida, de mis sueños, de mis anhelos, de mis deseos. El final del camino hacia la superación, de mi superación.

Amo la forma en que me hace sentir cuando me pongo en los zapatos de otra persona, es como vivir dos vidas en una. Me hace sentir poderosa cuando alguien me observa y escucha mis palabras sin saber que no me conocen, no soy yo quien está parada frente a ellos.




12 de julio de 2015

Humana

Tras varias experiencias fallidas en el amor, puedo decir con firmeza que el hombre que me gusta no gusta de mí. Son personas diestras con las palabras y torpes con sus acciones, hombres que no son lo suficientemente maduros para manejar ningún tipo de situación en las que se encuentren conmigo. Quisiera como insultarlos, masticarlos, vomitarlos y escupirlos pero, debo confesar que son encantadores aunque sea por ratos y en pequeñas dosis. Son hombres estereotipados que viven la vida por lo que aparenta ser, hombres que se dejaron vender un concepto fácil y barato de lo que es "vivir bien" y no se preocuparon por cultivar valores en su persona. Hombres que no conocen la felicidad ni nunca nadie los ha hecho felices, hombres que anhelan tener la mujer más bella a su lado y el carro más caro, hombres que no reparan en mirar atrás, ni siquiera hacia adelante; hombres sencillos de mente y difíciles de corazón. He llegado a la conclusión de que el hombre que me gusta es un hombre fácil y barato, un hombre vacío. 

No tengo interés en crear un mundo solitario y fantasioso para hacerme creer que otra persona me quiere, un mundo donde yo pueda reflejar las cosas como me gustaría que fueran y no como en verdad son. Hay quienes les gusta ver lo mejor de las personas, a mí me gusta ver la verdad. Soy impulsiva, psicótica, brutalmente honesta, concisa y directa; sé lo que quiero y no lo pienso mucho para ir por ello aunque a veces sienta me arrope la inseguridad. Mis defectos los utilizo como introducción, soy muy loca lo que me hace afectar algunas cosas y arreglar muchas otras haciendo que todo sea un poco más claro y divertido, a veces disfruto de mis impulsos infantiles, otras no.

Mi voluntad de ser firme, decidida y atrevida al decir lo que pienso y lo que siento me ayudan a aplicar la lógica en toda situación con cualquier persona recordando siempre que soy un mar de hormonas, emociones y sentimientos. Cuando me gusta alguien, necesito de su atención y su conversación constante, generalmente cuando esa persona no me corresponde, me lleno de prejuicios. Desde el principio pongo las cosas  muy claras sobre la mesa, busco saber si me permito pensar en él, en ti o en nadie, no me gusta perder mi tiempo, tiendo a
 visualizar las cosas. Fui irresponsable con mis besos y mi cuerpo, nos consumimos tan concientes de lo desechables que seríamos al otro día como de lo mutuamente inevitable que era en ese momento. Me encuentro aquí despechada y abatida, conciente de lo loca que fui de ir más allá de una noche contigo, me castigo porque supe que me gustaste y no medí mis intenciones sabiendo lo que hoy por hoy sé que pasa. Espero que en su debido tiempo Dios mande a una persona con la fuerza suficiente para aguantar este huracán tropical, me gusto así, fuerte y psicótica. Todo pinta mal en el departamento del amor para mí, al menos así pinta en la isla.
                                                                 
                                                                                                                        
Human
*Translate

4 de junio de 2015

Mi paseo por Tinder

La verdad, siempre he sido fanática de las redes sociales. Mi infancia consistió en la cultura americana que me ofrecía un televisor, una ventana encima de una torre estilo Rapunzel y lo poco que me salpicaba de mi hermosa y rica cultura dominicana. Sin embargo, mi adolescencia se la debo a las hormonas, los prejuicios, los amigos, los errores, la vergüenza y una que otra mala noche. No obstante, en mi juventud he aprendido no sólo a tratar conmigo misma y lo poco o mucho que soy sino también a unificar todo eso que me define o me definió en un ser completo dispuesto a aceptarse, quererse y a superarse. He tenido que aprender por las buenas y por las malas lo que en verdad es la vida, o bueno, la vida desde mi silla.

A mis 23 años de edad, he llegado a la conclusión de que muy pocas cosas importan cuando se trata de lidiar con el medio social que me rodea, muy pocas. Las personas siempre tendrán una opinión negativa o positiva de lo que hagas o dejes de hacer, siempre habrá bocas para comentar, hablar, escupir, balbucear, vomitar, defecar y distorsionar lo que sea que crean que estás haciendo. Yo, ingenua, acostumbrada a la diarrea verbal me he dejado llevar toda mi vida de lo que otros consideran que es socialmente aceptable así como  el hecho de que conocer a un príncipe azul deba ser alguien que se encuentre en mi lista de contactos, mi amigo de infancia, una persona conocida o reconocida por los que conozco o simplemente un ente hecho de azúcar bajado del Cielo en una bandeja de plata (la de oro también es aceptada). 


Independientemente del hecho de que Tinder es una aplicación diseñada con el fin de ligar (seducir, conquistar) con personas, la encuentro una herramienta muy práctica a la hora de socializar con personas desconocidas del sexo opuesto, o bueno, del sexo de tu interés. A pesar del poco tiempo que llevo utilizando la aplicación, he podido conocer personas que de ninguna otra forma se hubieran cruzado por mi camino de las cuales no me arrepiento haber conocido así como aquellos a los que hubiera preferido echarle ácido del diablo a mi teléfono antes de dar el LIKE inconsciente y ajeno de la psicosis que había del otro lado de la pantalla. 

A fin de cuentas, la considero una experiencia muy buena y entretenida para esas personas, que como yo, preferimos las relaciones poco tangibles a menos que sea con cierta intensidad, de forma que se nos permita soñar y distorsionar a esa persona de manera que se convierta en lo que sea que uno quiera que no necesariamente sea amor sino más bien, un ideal de lo que entienda necesite en el momento. Sigo de este lado riéndome del concepto del amor o bueno, corrección, mientras el amor se ríe de mí.

16 de mayo de 2015

Tic toc

A veces vemos que el tiempo se nos agota y no vemos el fruto de lo que queremos lograr o las promesas que nos hicimos pero si Dios tiene que cambiar la hora, Él lo hará. Nunca es tarde cuando el reloj de Dios es el que está funcionando.

Tal vez camino a la felicidad me he perdido un par de veces, pero aún estoy a tiempo de abrir esa puerta, aún estoy a tiempo de llegar a esa meta, de realizar mis sueños. Viendo que el tiempo se agota, me recuerdo que Dios está en control.

Cero rendirse, Dios tiene el control!

12 de mayo de 2015

Capítulo final

#nowplaying Girl, You'll Be A Woman Soon - Neil Diamond

El jueves vi una película francesa interesante, Marie Heurtin, trata sobre una niña ciega, sorda y muda que una monja decidió enseñarle a comunicarse con el mundo. Para mí fue increíble la manera en que se lidió con el luto y fue un mensaje poderoso para todos quienes no necesitamos de alguien que nos ayude hacer hasta las cosas más básicas de nuestro diario vivir. Es una historia de resiliencia, de superación, de enseñanza. La historia me atrapó, dió en el clavo con un sin número de cosas que me han estado pasando y he estado sintiendo cerca de la fecha que calculé para uno de mis proyectos. 

Me siento bien, cambié mi estilo de vida por completo. Entre copas de vino y buena comida hasta ir hacer ejercicios por cuenta propia y disfrutar de mi soledad. Siguiendo a un jueves conmovedor, vino un viernes de luto donde saqué de mi sistema todo lo chatarra y las grandes porciones de azúcares y carbohidratos. Un viernes donde descansé a orillas de la playa y medité en lo que mi vida se ha estado transformando desde hace ya un tiempo. A todo esto, le continuó un sábado donde me dispuse a comprar ropa plus size 3XL, posiblemente por última vez y a beberme la vida en una botella de Barceló entre Mitre y una que otra discoteca donde celebré no tanto el cumpleaños de mi amiga sino el tiempo perdido, sentimientos encontrados, pensamientos sin sentido y tanto desperdicio en mi vida.

Celebré un renacimiento y renací en el suelo del baño de una habitación, sin panties, en medias y mojada en sudor. Un renacimiento de lo que fui, de lo que quise ser, de mis sueños, de todo aquello que nunca hice. Un renacimiento para las masas, lo que tanto pedía e imaginé vendría con flores pasó así de sucio y sencillo. Abrí los ojos para encontrarme con mi nueva yo pero, decidí no mirar el espejo sino disponerme a vestirme e ir en un viaje de carretera que cambiaría mi vida para siempre.