16 de mayo de 2015

Tic toc

A veces vemos que el tiempo se nos agota y no vemos el fruto de lo que queremos lograr o las promesas que nos hicimos pero si Dios tiene que cambiar la hora, Él lo hará. Nunca es tarde cuando el reloj de Dios es el que está funcionando.

Tal vez camino a la felicidad me he perdido un par de veces, pero aún estoy a tiempo de abrir esa puerta, aún estoy a tiempo de llegar a esa meta, de realizar mis sueños. Viendo que el tiempo se agota, me recuerdo que Dios está en control.

Cero rendirse, Dios tiene el control!

12 de mayo de 2015

Capítulo final

#nowplaying Girl, You'll Be A Woman Soon - Neil Diamond

El jueves vi una película francesa interesante, Marie Heurtin, trata sobre una niña ciega, sorda y muda que una monja decidió enseñarle a comunicarse con el mundo. Para mí fue increíble la manera en que se lidió con el luto y fue un mensaje poderoso para todos quienes no necesitamos de alguien que nos ayude hacer hasta las cosas más básicas de nuestro diario vivir. Es una historia de resiliencia, de superación, de enseñanza. La historia me atrapó, dió en el clavo con un sin número de cosas que me han estado pasando y he estado sintiendo cerca de la fecha que calculé para uno de mis proyectos. 

Me siento bien, cambié mi estilo de vida por completo. Entre copas de vino y buena comida hasta ir hacer ejercicios por cuenta propia y disfrutar de mi soledad. Siguiendo a un jueves conmovedor, vino un viernes de luto donde saqué de mi sistema todo lo chatarra y las grandes porciones de azúcares y carbohidratos. Un viernes donde descansé a orillas de la playa y medité en lo que mi vida se ha estado transformando desde hace ya un tiempo. A todo esto, le continuó un sábado donde me dispuse a comprar ropa plus size 3XL, posiblemente por última vez y a beberme la vida en una botella de Barceló entre Mitre y una que otra discoteca donde celebré no tanto el cumpleaños de mi amiga sino el tiempo perdido, sentimientos encontrados, pensamientos sin sentido y tanto desperdicio en mi vida.

Celebré un renacimiento y renací en el suelo del baño de una habitación, sin panties, en medias y mojada en sudor. Un renacimiento de lo que fui, de lo que quise ser, de mis sueños, de todo aquello que nunca hice. Un renacimiento para las masas, lo que tanto pedía e imaginé vendría con flores pasó así de sucio y sencillo. Abrí los ojos para encontrarme con mi nueva yo pero, decidí no mirar el espejo sino disponerme a vestirme e ir en un viaje de carretera que cambiaría mi vida para siempre.